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La escoliosis y sus formas de tratamiento en ortopedia (Parte I)

Hola a todos. Hoy es el día en el que me siento a hablaros de cómo se tratan las escoliosis en ortopedia técnica. Pero me ha costado (y mucho) porque los criterios varían según el país, según la provincia, el hospital, el servicio e incluso según el médico. En cualquier caso, voy a intentar afinar al máximo para que, al menos, os hagáis una idea de cómo funciona la película.

Escoliosis: definición y síntomas

Vamos a empezar por el principio, la escoliosis. Del griego Skoliōsis, tortuosidad.

La escoliosis es una deformidad tridimensional del raquis (esto es, en los tres planos del espacio, frontal, sagital y transversal). Es decir, una deformidad en la que se combinan cifosis/lordosis, curvaturas en el plano frontal y rotación de las vértebras. De hecho, la rotación vertebral es inter-vertebral (entre cada una de las vértebras) e intra-vertebral (dentro de la propia vértebra, ya que la cara superior del cuerpo vertebral no es paralela a la cara inferior del cuerpo vertebral).

No quiero entrar a definir mucho más la escoliosis porque el post se alargaría demasiado, pero cabe mencionar que existen varias formas de clasificar la escoliosis (en función de la causa, de la edad de aparición, del tipo de curva…), aunque la más usual es la que diferencia las escoliosis por su edad de aparición. Entre éstas, la que más vemos en ortopedia es lo que conocemos como «escoliosis idiopática del adolescente» (EIA).

Esta forma de escoliosis es de etiología (causa) desconocida, si bien es verdad que existen varias teorías que tratan de explicarla (sobrecrecimiento de la columna anterior, defectos en el procesamiento del SNC que afecta al crecimiento de la columna…), en cualquier caso, lo cierto es que hasta la fecha, ninguna de esas teorías ha conseguido explicar las siguientes cuestiones:

* Predilección por el sexo femenino

* Incidencia familiar (se descubrió el gen CHD7, que explicaría la herencia, pero seguimos sin entender por qué la variedad de patrones en la misma familia)

* Mayor incidencia en curvas de tipo dorsal derecha / lumbar izquierda

* Deformidad rotatoria tridimensional

* Exclusividad en humanos en la forma 3D. (Hace años, se pensaba que el problema estaba en que el ser humano era bípedo y ahí estaba la clave. Así que hubo una época en la que los pacientes iban a fisioterapia en decúbito y ¡así se pasaban horas!) De todas formas (y afortunadamente), se rechazó la teoría de la cuadrupedia como tratamiento.

Así que lo que pretendemos de los estudios que vayan surgiendo, es que sean capaces de explicar no sólo la causa última de la deformidad, sino todas estas cuestiones que aún están por resolver.

Clasificación de la escoliosis y su estudio

Según la Scoliosis Research Society (SRS), la escoliosis puede clasificarse topográficamente de la siguiente forma:

* Curvatura cervicotorácica: Ápex C7 – T1
* Curvatura torácica: Ápex T2 – T11
* Curvatura toracolumbar: Ápex T12 – L1
* Curvatura lumbar: Ápex L5 – S1
* Curvatura lumbosacra: Ápex L5 – S1

Ufff… esto se está alargando una barbaridad y ¡aún no hemos dicho lo que es un corsé! En fin, seguimos.

Para estudiar en profundidad una curva, necesitamos un sistema de coordenadas que nos permita movernos a través de ésta y algunas herramientas que nos permitan objetivar lo que vamos encontrando, para esto, utilizamos el sistema de coordenadas global, el sistema de coordenadas espinal y algunas fórmulas que nos permiten medir ángulos en el plano frontal y rotaciones en el plano transversal. Vamos por partes.

* El sistema de coordenadas global es una línea (imaginaria, claro) que se traza desde el centro de la plataforma de S1 y sube perpendicular a ésta como Buzz Lightyear, hasta el infinito y más allá (un saludo a Wattie, que es un tío muy grande, otro a  @fisiotri, que es un tío mucho mas grande literalmente, y otro a todos los McKZerapistas del universo)

* El sistema de coordenadas espinal es una línea (seguimos imaginando) que se traza desde el mismo sitio y termina en el centro de la plataforma superior de T1.

Sabiendo esto, cuando existe una escoliosis, si trazamos estas dos lineas sobre una radiografía, y medimos la distancia entre ellas,  podemos decir que la vértebra V (aquí colocamos el nombre de la vértebra ápice de la curva que estamos estudiando) se encuentra a X mm izquierda o derecha del centro de coordenadas global.

¿Vamos bien?, ¿Sí? ¡Pues seguimos! (si has respondido que no, déjame un comentario o envíame un correo y hablamos del tema)

Análisis y diagnóstico

Otro sistema que tenemos para obtener mediciones objetivas (lo del ojímetro es importante, pero queda feo escribirlo en los informes) es utilizar el ángulo cobb. Éste mide el valor angular de una curva concreta, a través de trazar una línea paralela en la cara superior  de la vértebra límite superior de una curva , y otra sobre la cara inferior de la vértebra límite inferior de la misma curva. Si continuamos esas líneas hasta que se crucen, obtenemos un ángulo que podemos medir (bendito goniómetro) y conoceremos la magnitud de la curva. Esto lo expresamos de la siguiente forma: curva Dorsal derecha de 22º Cobb y lumbar izquierda de 18º Cobb. Cabe decir que lo normal es que para que se crucen las líneas, tendríamos que salirnos de la radiografía, así que es habitual trazar las paralelas y medir sobre éstas.

Por otro lado, tenemos el torsiómetro de Perdriolle, que es una regla transparente que nos sirve para medir los grados de rotación vertebral (previo adiestramiento).

Por último tenemos la escala de Risser, que mide el grado de maduración ósea y se divide en 6 estadíos (el 0 también se cuenta, así que encontrareis Risser de 0 a 5), se mide en las crestas ilíacas de la siguiente forma. Es habitual que en las radiografías, sobre las crestas ilíacas el radiólogo/rehabilitador/trauma/pediatra o quien sea que haya hecho las mediciones, haya marcado unos signos positivos (+++) sobre las crestas. El número de + marca el grado de Risser.

De todas formas, y pese a la importancia que tiene objetivar hallazgos y poder demostrarlos, no podemos olvidarnos del paciente, que es el que tenemos delante y al que hay que tratar (ya sea desde la fisioterapia, la ortopedia técnica o la cirugía), así que antes de medir todas estas cosas, vamos a mirarlo bien:

* Test de Adams –> coloca al paciente en bipe, pídele que junte las palmas de las manos (veréis lo divertido que es dar esta orden, la gente coloca las manos de unas maneras de lo más insospechadas) y se incline hacia delante. Si hay rotación vertebral a nivel torácico, veréis que aparece una giba (prominencia) en un hemicuerpo. Una vez tengamos al paciente en esta postura, podemos medir con un escoliómetro o con algunas aplicaciones para iPhone/iPad (Scoliogauge es la que yo uso, pero hay un montón) y supongo que algunas otras para dispositivos Android (no tengo el placer, yo soy mucho de manzanitas).

* Test de la plomada –> localiza C7 (no la confundas con C6) y lanza la plomada desde ahí (no la lances literalmente, sólo agarra el extremo superior de la cuerda y deja que caiga el resto de la plomada por efecto de la gravedad) y observa cómo se situan los bloques torácico, lumbar y sacro respecto a la plomada.

* Mira si las curvas que has encontrado son fácilmente reductibles (o no)

* Observa si el paciente (adolescente) tiene vello corporal en chicos, y el crecimiento de las mamas en chicas, estos datos te harán deducir por dónde andan en cuanto a su maduración sexual y cuánto desarrollo tienen por delante. ( esto también puede medirse mediante la escala de Tanner, pero generalmente, no llegamos a tanto).

Evolución de la escoliosis por edades

Ok, seguimos. ¿Por dónde vamos? ¡Ah sí! La escala de Tanner me ha hecho pensar en la progresión de la escoliosis. ¡Vamos allá! Hasta ahora, lo que sabemos es que los factores que hacen que las curvas aparezcan, no son los mismos que hacen que las curvas progresen, para «adivinar» la progresión de las curvas, usamos una tabla de referencia que se conoce como el factor de progresión de Lonstein. Éste valor se saca de multiplicar el valor angular por el Risser y dividirlo por la edad del paciente. El resultado se mira en la tabla de referencia y obtenemos el riesgo de progresión de la curva. De todas formas, Perdriolle también hizo una clasificación de formas clínicas según la edad de aparición y  se expresa la progresión de la siguiente forma.

Después de todo este rollazo, es cuando empieza la parte interesante, que es de lo que yo sé, ¡los corsés!

Un corsé es una órtesis (no una prótesis, ni una férula, ni una cédula, ni una célula… como dice Lopera: ¡Tomen buena nota!) que sirve para tratar y/o frenar la evolución de la escoliosis.

Los corsés pueden dividirse en dos grandes grupos, simétricos y asimétricos.

!Eso es todo, amigos! Hablaremos de los tipos de corsés, los modelos, las indicaciones y mucho más en el próximo post sobre corsés, porque si sigo escribiendo aquí me van a llamar de cansina «pa’lante» y no es plan.

En fin, nos vemos en los próximos días ¡Besitos!

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