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Y se hizo la prescripción…

¡Hola a todos! ¿Sabéis qué? Los fisios españoles estamos de enhorabuena. Todos los blogs hablan del tema, los periódicos también se han hecho eco, en Twitter hay enlaces…

Desde ayer mismo, la Ley 10/2013 nos autoriza para prescribir fármacos que no precisen receta médica (eso que como bien dice Ignacio Fabiani llevan haciendo las vecinas y las abuelas toda la vida) y otros productos sanitarios relacionados con el ejercicio de nuestra profesión, es decir, dispositivos ortoprotésicos.

Sobre la prescripción de fármacos por los fisios

Y yo, como muchos otros, también quiero dar mi opinión: No, no, no y después Sí.

No a prescribir fármacos. Menos mal que no es una obligación, sino una opción. Yo no lo hacía antes de ayer (que no debía, pero podía). No lo he hecho hoy y es más que probable que no lo haga mañana (por muchas leyes que salgan). Y es que no me parece oportuno, no me siento preparada y creo que, para eso, ya están los médicos. Al fin y al cabo, antes de ayer, en consulta y de forma súper legal, podía haber derivado a un paciente al médico de cabecera, con un informe en el que explique que por H o por B, creo que le vendría bien tomar algún tipo de antiinflamatorios para poder hacer una mejor terapia (que no lo he hecho en la vida, porque no me ha hecho falta, pero ¡vete tú a saber!) y pidiendo por favor (yo siempre he sido muy educada) que valorara la posibilidad de prescribírselo. Ya ves, así de fácil y sencillo. Porque quien entiende de farmacodinámica, de interacciones, de efectos secundarios y demás temas amenazantes que aparecen que cualquier prospecto no soy yo.

Yo estudié -si a eso se le puede llamar estudiar- un sólo semestre de Farmacología y 2 años enteros de anatomía. Yo sé con relativa seguridad qué tendón, nervio, articulación, fascia, está inflamado, pero ¿con qué voy a desinflamarlo? Yo creo que si no puedo hacerlo con terapia física, que es lo mío, es que no puedo desinflamarlo yo. Así de sencillo. En cualquier caso, no deja de ser mi opinión y mi experiencia, quiero decir con eso que no me parece mal que los fisios que estén preparados para hacerlo, lo hagan y que cada palo aguante su vela. Otra cosa, si algún día prescribo un medicamento, pienso hacerlo con una terrible caligrafía, siguiendo el método que propone Berto en su monólogo.

Otra cuestión que también Ignacio Fabiani plasmaba en su blog es: ¿realmente era necesario? No. Ya he dicho que antes de ayer podías hacerlo también, derivando al médico o símplemente quitándote el pijama/bata/chándal y saliendo a la puerta de la consulta a decir… y si quieres, pues tómate algo tipo Ibuprofeno para bajar un poco la inflamación. Que sí, que ya se que no era correcto, pero a todas luces era posible. Además, sin duda, no era lo que TODOS los fisios estábamos esperando… No era lo que más prisa nos corría ni lo que más nos importa a todos. Me ha recordado un poco a esa parte casposa de la sociedad que se dedica a discutir estupideces, como eso de si deberíamos llamar ‘matrimonio’ a la unión de dos personas del mismo sexo… ¿en serio? tal y como está el país… ¿No hay cosas más importantes que tratar? ¿Qué te importa a tí con quién se case quién? ¿Vas a pagar tú la fiesta o qué? Uy uy, que me enciendo y ¡me desvío!

La prescripción de productos ortoprotésicos

Otra cuestión es la prescripción de productos ortoprotésicos.  Esta es la que realmente me quita el sueño. Esta es la que me parece VERDADERAMENTE interesante.

Los productos ortoprotésicos nos sirven para muchas cosas: prevenir deformidades, inmovilizar, movilizar, aumentar la calidad de vida, sustituir una función perdida, mejorar la estética… ¡Yo que sé! Mil cosas. Y es indudable que cualquiera que pueda beneficiarse de alguno de estos efectos debería tener fácil acceso a la información y la prescripción de los mismos. Pero ahí viene mi duda, ¿sabemos los fisios qué podemos prescribir? ¿Sabemos los fisios la diferencia entre una órtesis activa y una dinámica? ¿Sabemos la diferencia entre el polietileno y el polipropileno? Y, ¿realmente conocemos los tipos de Dafo’s que hay? ¿y qué articulaciones le ponemos a tal o cual dispositivo? Después de diez años trabajando he conocido muy pocos. Pero bueno, eso no significa que no esté de acuerdo con el hecho de que podamos prescribir, es más, me parece FANTÁSTICO porque al fin y al cabo, quienes se benefician son nuestros pacientes. Eso sí, vamos a hacerlo bien. Si vamos a prescribir un antiequino, vamos a asegurarnos de cuál es el antiequino que queremos y, para eso, vamos a conocerlos todos.

Y aquí lo dejo, con la sensación de que éste debería ser hasta el momento el mejor post que escribo y después de cuatrileerlo, creo que ha sido el peor. Como cuando el paciente es de tu familia y sientes que no estás haciendo un buen tratamiento (terrible mezcla, pero eso, también es otro tema).

En fin, que enhorabuena para todos aquellos que se sientan hoy mejor que antes de ayer y que si alguien quiere conocer un poco más el mundo de la Ortopedia, no tiene más que decírmelo.

Besos, abrazos y mimitos.

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